Recién llegados de Porto, donde el pasado viernes detuvieron el tiempo en un Teatro Campo Alegre puesto en pie, Raül Refree y Niño de Elche publican su nuevo álbum, Cru+es. Tras cinco años explorando en directo la exaltación amorosa y espiritual en una propuesta, Ecstasis, que ha recorrido el mundo entendiendo la música como vehículo de abstracción suprema, el dúo se consagra.
Ya desde el título, símbolo de suma y multiplicación que no abdica de su evocación cristiana, Cru+es es un encuentro: la unión o, mejor dicho, la reunión de dos personalidades tan diferentes y, a la vez, tan compatibles que, juntos y por separado, nos han regalado discos claves en la historia de este país. Dos bagajes de enorme calado que confluyen expandiendo los límites de la canción desde la electrónica más experimental y apelando a una idea trascendental de la existencia.
Las fuentes de inspiración literaria no se acaban en Antes de y Nádas, los dos primeros adelantos. Además de los versos de Yannis Ristos y la innovadora prosa de Péter Nádas, aparecen Rilke, el monje Thomas Merton y Ernesto Cardenal en el escalofriante Salmo XXI.Y lo hacen entre el ruido y el silencio, entre el dream-pop y la distorsión severa de nuestro Senescente Mundo, entre la matemática rítmica y el ambient.
Gritos y susurros que subliman la grandeza de lo mínimo, la mística de lo esencial: la amistad, el amor, la vida, la muerte, la resurrección… Una experiencia casi religiosa que, sobre todo, hay que disfrutar. Porque lo de Raül Refree y Niño de Elche es -en el sentido más profundo del término- una liturgia: un ritual público envuelto en el azul nuclear de la dirección de arte de Marta Pazos que, tras los pre-estrenos de Conde Duque (Madrid), Sonar (Barcelona) y el ya citado de Porto, arranca gira hoy mismo en Manresa (Teatre Kursaal-Fira Mediterrània) para recalar en diversos escenarios europeos.